lunes, 20 de agosto de 2012

Hékate Kourotrophos

La Diosa Hékate, cubierta con su velo de oscuridad, como reina del inframundo, de la oscuridad y la noche, guardando bajo él sus misterios y secretos, se esconde tambien una de las caras más tiernas que he conocido, Hekate Kourotrophos, que en español significa enfermera o cuidadora de la infancia, de los niños. Desvela, bajo ese manto impío, el amor incondicional y la dulce compasión de una madre, el calor de su pecho resguarda a toda pequeña criatura humana.
Hoy les voy a presentar un título de Hékate un tanto olvidado, y es según mi experiencia, uno de los títulos más tiernos, compasivos y amorosos que tiene esta Diosa.
Se trata del título Kourotrophos (o Kurotrophos), que en castellano viene a significar la enfermera/cuidadora/nutricia de los infantes/niños, este título hace referencia a los cuidados que requiere un recién nacido hasta, según fuentes históricas, su pubertad. No confundan con la Hékate de los partos, pues para esta acción tiene otros títulos mas específico.
Pues bien, lo que les quiero contar no es la historia de este epíteto, pues eso lo pueden encontrar haciendo una búsqueda bibliográfica, me centraré en la experiencia que tuve con este título durante 7 semanas.
Me encontraba en ese momento empezando mi rotatorio por el Servicio de Neonatología del hospital de mi isla natal, así que pensé, oye, ¿por qué no experimentar este título a la vez que mis prácticas? al fin y al cabo iba a hacer justo lo que el título define, Enfermera de infantes, y tenía que hacerlo bien.

Pues así comencé, la primera semana estuve meditando con el concepto y esto fue lo que saqué como conclusión:
Una enfermera o cuidadora de niños, debe ser una suplente de la madre en todos sus aspectos; en los aspectos sanitarios por los que el niño se encuentra ingresado, en los cuidados en su desarrollo físico con los requisitos universales del cuidado (comer, beber, higiene, baño, etc), en el aspecto afectuoso y amoroso, y en el aspecto espiritual de protección y compasión.


Esas conclusiones fueron previas a la experiencia sensorial, emocional, psicológica y espiritual con el título, pero ciertamente se acercó bastante, aunque la experiencia, siempre va mas allá.

Kourotrophos, es una Madre, es la definición exacta de ser madre, el sentir del nexo amoroso madre-hijo, de todos los vínculos sentimentales que vienen y permanecen, las energías que se mueven cuando se alimenta al niño. Es la nutricia, la dadora de amor, cuando nuestra madre está ausente de cualquier manera, es una regente de la misma. Pero, lo más importante de esta enseñanza, es que para ser Kourotrophos no hace falta haber sido madre, o estar en ello, o ni siquiera ser mujer, pues se trata de un sentimiento trascendental, que cualquier persona puede experimentar si se lo propone.

Y ahora, les relataré una de las experiencias mas intensas que tuve con este título:
Me encontraba ya en mi 6ª semana en el servicio, y me senté en medio de la sala con un neonato para darle el biberón, rodeado de unos 10 más en sus cunas mas 3 con otras enfermeras y auxiliares. Dar de comer a un bebé es una experiencia que no se puede definir con palabras, te envuelve en un aura bellísima, tierna, delicada y amorosa, muy parecida es la sensación de observar a un bebé dormir. Pues estando en este envolvente e introspectivo entorno, una de las auxiliares llevó al bebé que tenia en brazos en su cuna, le arropó y comenzó a cantar una nana, la tatareaba con su melódica voz, ni siquiera recuerdo su voz, solo las sensaciones que esto me producía. En ese momento Hékate estaba presente, en la vibración de la nana, en la energía que rodeaba la sala, que me arropaba a todos los allí presentes, nos daba calor y amor, la tranquilidad y seguridad que nos aporta el abrazo de una madre.

1 comentario:

  1. Me encantó esta entrada Perseo realmente conmovedora y que ratifica que la Diosa siempre es 3: la que inicia, la que nutre y la que corta. La faz nutricia amorosamente compasiva de Hécate es bellísima.
    (O) )O(

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