viernes, 18 de febrero de 2011

Limpieza con la Serpiente de Fuego.


El otro dia estuve pensando en hacer una limpieza energética personal, pensé en varias técnicas que me habian dicho algunas personas, y se me ocurrió la genial idea de combinarlas. Esto lo he puesto en práctica hoy mismo y me ha gustado bastante, es por ello que la comparto con ustedes.

Esto es mejor hacerlo en un ritual completo, ya que nos centramos mucho más que en nuestro día a día.
Montaremos el altar, si tenemos, y empezaremos el ritual a Hekate como solemos hacerlo, es importante centrarnos primero, conectando a Tierra, con la meditación del árbol, o como acostumbremos.

Encenderemos Su vela o antorcha, y Le diremos que nos "preste" una de sus serpientes cubierta por Sus fuegos creadores de Su luz.
Entonces respiraremos profundamente tres veces, esperamos tres latidos del corazón y dirigiremos nuestra mano derecha hacia la llama,  con los dedos juntos y la palma abierta hacia abajo.
Observaremos fijamente la llama por encima de nuestra mano, nos fijamos en su movimiento ondeante, en su luz, y poco a poco visualizaremos una serpiente de fuego, que va creciendo y sale de la llama, se posa en nuestra mano y va recorriendo todo nuestro cuerpo, limpiando los chakras, nuestro aura; nuestro cuerpo en general. Podemos cerrar los ojos y seguir visualizándola.
Notaremos el calor y la luz que desprende, puede que nos sintamos sofocados, es normal, y forma parte del proceso de limpieza.
Dejaremos que la serpiente se pare y/o recorra todas aquellas zonas que ella considere.
A su paso nuestro cuerpo va quedando ardiendo con llamas, nuestra piel es dorada como la luz de la Antorcha Cuando la serpiente se empiece a dirigir hacia el brazo derecho giraremos la mano poniéndola boca arriba. La serpiente se volverá a introducir en la llama entonces juntaremos nuestras manos en el centro del pecho y daremos gracias a la Señora por la serpiente cedida para limpiarnos.


Espero que les guste y les sea práctico.


Un Abrazo!


Mysterious.

domingo, 13 de febrero de 2011

Escritos a Hékate, iluminadora de sombras

De la oscuridad surjo,
Yo soy tu sombra,
Que aparece y desaparece ante el espejo de tu consciencia.
No tengo rostro, solo figura.
En mi ser albergo un vacío repleto,
Que asusta y oprime,
Amenaza y despedaza.
Escucharás mi voz solo cuando Yo  lo desee,
Sufrirás mi presencia aunque enciendas las luces.

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Ahora te hablo Yo, que sirvo de intermediario entre la luz y las sombras.
Ahora te evoco Yo, que poseo la materia y soy parte de ella.
No te temo Bestia,
Pues en mis andares se escuchan las armas que porto:
Tengo las llaves de Klêidouchos,
Abro las puertas custodiadas por Propylaia,
Silencio la atmósfera con los rugidos de Therobromos y Hersechthonia,
Sostengo la antorcha cedida por Lampadophoros,
Ilumino las sombras con la luz de Phosphoros,
Ahora soy YO el terrible, el que espanta, YO soy Brimô y Apotropaia.
Vengo caminando de noche, como Nyktipolos,
Guiado por Hegemonen por los caminos de la no llegada Enodia.
Respaldado estoy con la salvación y la sanación de Soteira.
Con la señora Triphormis y Trioditis observando desde las encrucijadas los caminos adyacentes.
Vengo a vencerte, pero no a destruirte,
Pues formas parte de mi Ser.
Para un fin que solo la Señora conoce.
Ella con su ayuda y custodia, permite bajar aquí a Su hijo,
Pues ha sido Propolos, la que asiste, quien me ha armado.

Y es Ella, la Diosa de innumerables epítetos, Señora de los reinos del cielo, de la Tierra y el Mar, la que me protege con todos sus títulos para la lucha contra mi sombra.
Es por ello que te honro Hékate, por asirme firme, por armarme y acompañarme a tu reino.

¡Hail Hekate!