
La triplicidad de Hékate muestra tres de sus aspectos principales, en wicca se separaría en Doncella, Madre y Abuela; muchos autores definen la triplicidad de esta forma, y aunque para muchos sea cierta, yo no la siento del todo.
Mis sentidos me dicen, que la cara que siempre muestra, es su cara de Madre, la madre que cuida de nosotros en todo momento, es la madre que se bastó sola para quedar encinta, la palabra concreta es partogénesis. Esta cara está íntimamente conectada con las otras dos, su cara Oscura, y su cara Luminosa. En ambas sigue siendo madre, pero ya no es puro maternalismo amoroso como puede hacernos sentir en su titulo Kourotrophos, es aquella que nos cuida y nos quiere pero desde la oscuridad, la que nos enseña nuestra oscuridad y aun así no nos abandona, es aquella que nos exige que saquemos aquello que ella sabe que reside en nosotros.
En su cara luminosa es la que nos aporta luz y sabiduría, la que nos guía en los caminos, es entre otros Angelos, es la luz divina que nos recuerda que aunque en nosotros haya sombra, también existe una luz infinita y hermosa, que se tocan gracias al amor maternal que está en medio.
No quiero dejar el ultimo cabo suelto, pues si vemos en una representación tridimensional de Hékate, podemos observar que las tres caras están en contacto, asi que la cara luminosa y la cara oscura tambien se tocan y comparten, ¿el qué? bien intentaré explicar como lo siento.
En la más pura oscuridad, cuando ya no hay mas fondo del que hemos caido, acude Hékate en su aspecto terrible, el unico que mora en esos lugares, para enseñarnos, que aun puede ser peor, y que el fondo puede ser un falso fondo que guarde una caida sin fin, pero acude y nos ase de la mano, con un objeto que le es representativo, la antorcha, es en ese objeto en el que se toca con su cara luminosa, pues aunque se mueve con seguridad y comodidad por las sombras, sabe que porta la luz, y que puede usarla para salir de ese lugar.
Como contrapartida, su lado luminoso, toca lo oscuro, ¿y esto porqué? sencillo, porque aunque seamos seres luminosos en esencia, aunque nuestro alma brille como el sol, vivimos en la Tierra, y esto supone que somos humanos, que a su vez supone que vivimos con otros humanos que bien pueden tener las mismas creencias o no, y todos sabemos que hay creencias (y cuando digo creencias no me refiero solo a creencias religiosas) que pueden sernos dañinas o destructivas, entonces ahí está la parte oscura de la Hékate luminosa, es aquella que pone límites a los demás para que no se adentren demasiado a terreno vulnerable que no esta preparado todavia para ser sembrado, esos límites son los espantapájaros que evitan que las aves acaben con las semillas de crecimiento que plantamos.

Y gracias a esto, ahora entiendo que somos triples, Tenemos un lado oscuro, que es el lado humano, el animal; tenemos un lado luminoso que es el alma; y tenemos el nexo que nos mantiene en equilibrio entre los dos, los sentimientos, el Amor.
Perseo Dymantos Mysterious